En nuestra ruta por Myanmar estaba incluida el Lago Inle. Es un sitio increíble donde ves a gente pescar de una forma diferente al resto del mundo, muchas personas viven en casas flotantes en el lago y no hay tanta sensación de humedad.
Tras pasar varios días en Mandalay y Bagan, llegar a Lago Inle fue como encontrar agua en el desierto. Anteriormente habíamos sido muy cautos con la alimentación, no comíamos en puestos callejeros, ni fruta que no tuviera piel, ni agua sin embotellar, básicamente nuestra alimentación en este viaje se sustentaba en galletas, arroz blanco, patatas fritas, refresco de cola y noodles.
Nada mas llegar a Lago Inle, alquilamos una camioneta para que nos llevaran de alojamiento en alojamiento hasta encontrar el que nos pareciera adecuado para quedarnos. Yendo de uno en otro fue como encontramos por casualidad:
PYI GUEST HOUSE & RESTAURANT, [(35, Phaung Taw Pyan Road, Mingalar Quarter, Nyaung Shwe, Myanmar). Email: pyi.nsmm@gmail.com]. Lo regenta un matrimonio joven, ella llamada Win Win y él Tum Tum. El alojamiento está compuesto por unas casitas independientes provistas de baño, habitaciones muy confortables y limpias, contaban con un porche y una sala de convivencia donde te podías conectar a Internet, charlar o leer. Cada día teníamos disponibles para nosotros botellas de agua mineral en la habitación.
Una vez alojados, conocimos a una chica americana de Kansas llamada Summer, hablaba muy bien español y estuvimos compartiendo charlas y anécdotas del país. Viajaba sola, llevaba algunos meses viajando y le quedaban algunos más. Como muchas veces os digo, viajando se conoce a gente muy interesante y hace que abras mucho la mente.
Summer nos contó que había llegado a PYI por recomendación de un amigo, le iban a recibir con una rica y casera cena de bienvenida a la que al final nos unimos todos. Ella como obsequio, llevaba una botella de vino.
A eso de las 19.00, hora de Myanmar y tras tomar una ducha, nos sentamos todos en una mesa en la terraza a cenar. Win Win cocinaba y Tum Tum comenzó a traernos platos a la mesa, yo no podía creer lo que estaba viendo. Teníamos enfrente nuestra, riquísimos platos caseros hechos con mucho mimo, la cocina era deliciosa. Los compartimos entre todos y los degustamos disfrutando cada bocado. La noche transcurrió de lo más agradable, habíamos llegado al paraíso.
Uno de los compañeros que viajaba conmigo, le propuso a Win Win hacer una tortilla española en su cocina para que pudieran probarla y ella aceptó. Al día siguiente, pudimos ver la cocina y nos quedamos alucinados. Cómo es posible que esta señora pudiera elaborar platos de ese calibre con una cocina como esta, juzguen ustedes mismos.
Win Win y Tum Tum nos hacían sentir como en casa. Por las mañanas nos deleitaban con un fantástico desayuno para coger energía para todo el día y nos indicaban qué cosas podíamos visitar.
Nos encantó el paseo en barca que dábamos por el lago, nos iban parando en algunas de las casas flotantes para ver alguna artesanía e incluso alguna fábrica de bambú con el que hacían la mayoría de las construcciones. Un día en el camino de regreso al alojamiento, mientras observábamos esa forma tan particular que tienen de remar sobre las barcas (ver foto de portada) , salió el arcoiris, fue una experiencia increíble.
Cuando tuvimos que marcharnos, me dio bastante pena, el quedarnos allí fue mucho más que un simple alojamiento, fue el acogimiento cariñoso de unas personas humildes que nos trataron como parte de la familia.
Si viajáis a Lago Inle, alojaros en este lugar, estoy segura de que os encantará.
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Que buena pinta tiene los platos y la estancia de este lugar. La casa tiene muy buena pinta, es muy bonito conocer esta ciudad el que pueda. Felicidades por tu blog maravilloso. Un beso.